Si lo hago por ti aunque no quiera, después consideraré que tú lo tienes que hacer por mi aunque no quieras.
Y ambos formaremos parte de una relación donde lo que nos vincula empieza con no querer.
Una relación donde no nos elegimos,nos exigimos.
Es decir que lo que asienta el vínculo es la voluntad de pertenecer ante todo. No la de acercarnos a través del otro a nosotr*s mism*s.
Si yo me acerco a mí, me acercaré a ti aunque no haga eso que quieres, incluso aunque eso haga que te vayas. Porque no me separé nunca de la voluntad de amar. Alejarme de mi para amarte es antagónico.