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Se me murió en el 2020

Se me murió el «hacer como si nada», el esfuerzo y la necesidad de sumar,sumar,sumar.

Se me murió la niña buena, la complaciente a toda costa y la culpable.

Se me murieron las ganas de hacerlo bien aunque admito que a veces aún siento la necesidad de «dar en el clavo».

Se me murió la pena inagotable de no ser suficiente.

Se me murió el pánico a no estar a la altura.

Se me han muerto tres o cuatro veces las ideas acerca del amor.

Me morí yo el 30 de Abril,un día antes de mi veintinueveajesimo cumpleaños. Me preparé el funeral y me di muerte (en mi muro si bajáis, hay pruebas).

Se me murió el deseo de conquistar mis sueños, ahora sueño para que me conquisten ellos si les da la gana.

Se me murió la necesidad de «ser alguien». La colmé con lo que ya soy.

Se me murió una vida ya muerta y pude ver cómo la vida siempre sigue.

Gracias a estos años de preparto, gracias a este 2020 redondo como un orgasmo por darnos muerte un poquito más a todos.