CONTACTO

Presenté al hijo

En una ocasión pensé: «que lento y largo es este oscuro, quizás para mí no acabe nunca». Pero escuchaba las historias de tantos que pasaron por la nada y llegaron a su florecimiento que me decía : «vale,que dure el tiempo que sea, aunque me cueste, me entrego».

Ayer, sentada en esa silla, con ese libro entre las manos, contando una más de esas historias solo que esta vez siendo la mía. Pude deleitarme con la sensación de sentirme en casa, en mi propia cada. Como si mi cuerpo al fin fuera ese lugar sagrado y ancho en el que estar.

Conquistar, al renunciar, el reino que siempre fue nuestro. El que intercambiamos por unos cromos de mierda para pegarnos en la cara.

Qué gusto,que alegría,regalarse la propia verdad.