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Quemarse

Una tarde, mientras mi madre planchaba y yo la miraba, me quede sola en el cuarto de la plancha en lo que ella iba a por agua. Antes de salir me dijo : no toque está parte que quema. Nunca olvidaré la excitación que sentí de tocar esa parte. ¿Qué carajos pasaría? ¿Qué significaba «que quema»? ¿Por qué era malo hacerlo? Mi curiosidad se disparó a tal nivel que sin dudar aún con todo mi miedo, acerqué mi dedo índice a lo E.T a esa superficie y lo planté.Os podéis imaginar el grito, el llanto y el correteo desesperado. ¡Que intensidad! ¡Que dolor! Que cosa más… bestia, pero que nueva. Lo que más me gustó de esta experiencia fue la ampolla de mi dedito. Ese pequeño diamante en mi piel del que presumi durante días. Porque esa experiencia me había dado algo y se veía en mi ampolla. Estoy aprendiendo a amarme. Durante toda mi vida me exigido salir del camino de lo «malo», «de lo incorrecto»,me he exigido «no fallar». No poner el dedo en la plancha si se que quema.Ahora veo que crecer es mirarme con amor cada vez que pongo el dedo en la plancha. Porqué solo poniendo el dedo sabré cómo se revela lo que soy a través de esa experiencia. Y sólo amándome al hacerlo me daré el derecho a vivir mi vida tal y como es.Cuando me juzgo o me digo «mal»,me robó la ampolla y la excitación de des-cubrirme mientras me quemo. Des-cubrirme: dejar que se vea lo que soy a través de lo que experimento. Transparentarme.En el momento en el que me estoy quemando, el nivel de intensidad es total. Si yo me planto en un «NO» ante eso, como sabiendo que no es bueno, le estoy diciendo a mi vida que no exista bajo esa circunstancia. Le digo a mi vida que no merece ser vivida sino es de la forma que creo qué es buena. Y así es como reservo mi vida para situaciones donde mi experiencia este bajo el control de lo catalogado como próspero. Es decir que solo me veo cuando soy cómo se supone que tengo que ser. Como mis padres (externos e internos. Los que ponen las normas) quisieron que fuera. Solo me reconozco bajo la mirada de lo normal. Y todo lo que en verdad soy, queda reservado para el día en el que lo entienda. Y de verdad, de verdad, no somos entendibles, somos solo vivibles.Así que no tengo ni idea. Pero que vivo está ésto.