Lujo
Me encanta el lujo.
Y si me apuras, en verdad es lo que busco en todas las cosas.
Vivir el lujo para mí es la excelencia de la vida. Es la apreciación de ella como regalo.
Y no tiene que ver solo con la riqueza monetaria, aunque si con la riqueza.
Yo quiero vivir el lujo en una relación, en el encuentro con otro. Lo reconozco ya no aguanto las relaciones de ningún tipo en las que se pasa por encima de lo que nos conmueve. Yo no sirvo para el hablar por hablar, ni para el estar sin callar.
Quiero vivir el lujo en una ruptura. La excelencia que hay en eso. El lujo de la energía que se libera y queda disponible. De la tristeza que produce lo que quedó frustrado y la muerte de lo que tanto se quiso.
Quiero el lujo de mi cuerpo desnudo sobre la arena caliente, abierto, blando, penetrable. Y también el de la turgencia del frío en la montaña, activando mis músculos, disponibles para sentir mi fuerza.
El lujo de vivir la excelencia de cada cosa: De las que duelen y de las que calman.
Y también el de el jacuzzi, el del hotel de 5 estrellas, el del mejor sushi, cochazo, sábanas de seda y un buen polvo. Por citar solo algunos. El lujo de la vida material también lo quiero. Porque se puede y es maravilla.
Que si.
Qué soy una reina.
Y cuanto me gusta…