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Darse lo que te va bien

Hace un tiempo que decidí dejar de juzgar lo que vivo en función directa con lo que pienso. Por ejemplo si paso una noche en la que no puedo dormir,estoy alterada y doy vueltas a lo peonza, decido dejar de juzgarla como improcedente. Y en lugar de tratarla como una “mala noche”, vivirla para ver a qué posibilidades me puede llevar. Gracias a este ejemplo, por ejemplo, escribí muchas de las grandes partes del libro “Yo he decidido estar aquí”. Y me di cuenta de que a veces, esas noches, me llevaban a estados de conexión e inspiración muy agudos.Esta pasada noche, sentía mi cuerpo extremadamente alterado. La operación de las muelas de ayer, era algo que me daba mucho miedo, y aunque me he proveído de un doctor que me hizo el amor sacándolas (si, eso existe), mi organismo al llegar la noche aún temblaba.Hace 4 años de la enfermedad que me envió directa al inframundo y que aconteció justo en el lado de la cara del que me han extraído las roquitas. Yo sé, que cuando ha habido contacto con sensaciones que remueven trauma, se detonan relatos y emociones como en cadena y el cuerpo se pone a representar. Es un momento bueno para no tratar de cambiarlo y acompañarse. Estar ahí para una, darse lo que identificas que te va bien. A mí está noche me ha ido bien pasar mis manos tiernamente por toda mi cara. Decirme que me amo. Darle las gracias a mí cuerpo. Y permitir el bombardeo de imágenes, conversaciones e historias mentales que se han estado moviendo por mi psiqie. Sabiendo que son mecanismos que puedo usar tanto para salir como para entrar en mi. Tanto para huir como para llevarme de vuelta a casa.