
No mereces el maltrato. Por eso, si lo hay, te vas. No porque la otra persona sea responsable de tu dolor, ni siquiera porque sea una/o hija/o de puta. Te vas porque no mereces el maltrato. Porque si te quedas, es que aún vives sin poder mirarte. Aún crees que vales poco.No mereces el maltrato. Aún así, si es preciso,hasta que te des cuenta, vivirás maltrato. Tu vida está tan a tu favor que te lo va a mostrar por todas partes. Tu eres la/él única/o que puede darte la oportunidad de vivir como mereces. Pero para ello, querida, querido, tendrás que darte cuenta de que te desprecias. Sentir a fondo que ese desprecio vive en ti y abrazarlo. Ese gesto te lleva a bien-tratarte.Y para bien-tratarte, tendrás que aprender a sostener lo que eres desde este instante en el que te maltratas, hasta el instante en el que reconoces tu infinito valor. Porque ambos te dan miedo.Solo lo que está detrás de esa experiencia, tiene el poder de devolverte a ti. Y una vez en ti, no falta nada.No mereces el maltrato bajo ningún concepto. Solo de un planeta lleno de seres humanos que asumen esta verdad, nace una realidad carente de maltrato.