Ama tu ritmo

¿Sabes ya cuál es tu ritmo?

Te has parado a sentir, a escuchar alguna vez a qué ritmo funciona tu organismo esencialmente. Es increíble como hemos asumido por educación e imitación, un ritmo en base al cuál actuar, que muchas veces, es una absoluta violación de nuestra naturaleza.

De verdad, es terrible que se les obligue a los niños a ir más rápido. El niño, que tiene esa capacidad natural de existir en el presente sin pretender hacer nada de él, se ve alentado a “ser algo más” yendo más rápido, o más lento, o haciendo el triple de lo que en su naturaleza está hacer.

¿En qué cabeza cabe que hay una manera concreta de hacer las cosas que funciona para todos? ¿Estamos locos?

Yo, tengo un ritmo naturalmente lento, al que he forzado a ser de otra manera para lograr encajar. Ha sido un dolor que me ha causado mucha tensión, ansiedad, problemas musculares y hasta una parálisis. Porque mi sistema peta cuando trato de darle cuerda sin pausa (aunque el mundo parezca funcionar así). Y ya no le cabe, ya no lo aguanta ni un segundo más. Mi ritmo, puede parecer más lento, pero es eficiente cuando me permito caer en mi ritmo. De echo es lo más eficiente que existe, pues me pone de patitas en el presente.

Si para respetarme he de renunciar al mundo que me vendieron, os lo regalo. Yo me quedo con mi tempo, ese que solo yo me puedo dar.

Ser mi propia madre, mi propio padre, es velar por estas cosas.