Son tiempos convulsos lo sé. Se nos pide persistir y cada vez sabemos menos de qué va la vaina. Se nos pide aprender a fuego que significa la confianza. Y es fácil de hacer cuando todo parece fluido, pero y cuando nada.

Son tiempos a veces frustrantes, de tocar con la impotencia y de sentir también la rabia. Porque sí: se te repite. Se te repite y sientes no poder hacer nada.

Son tiempos de valentía si, y no necesariamente porque sean los peores, sino porque vienen detrás de mucho. Pero es que las superficies estaban tan abarrotadas que se tuvieron que hundir de golpe y no sabemos flotar en lo profundo.

Para quienes reconocemos que este es nuestro ambiente, hay una especie de celebración pero, tampoco nos libramos. Nos tiene también de revuelta.

Es incómodo, pero nos toca. Y si lo asumimos,también es precioso.

No nos dejemos ahora que estamos tan cerca . No abandonemos ese deseo despierto de ir más allá. El límite se presenta grosso, reflejando también nuestra capacidad de transformarlo.

Hagamos alquimia.

Hagamos esa brujería que nos fue negada.