Todo eso que llamas tú, se creó para ayudarte a sobrevivir.

Es eso que dices que como no te mató te hizo más fuerte. Eso que llamas «tu fortaleza». Y si, es una fortaleza justamente. Una tan bien construida que resulta en ocasiones imposible de penetrar.

La movida es que aunque esa fortaleza te sirviera para sobrevivir a un momento de alta intensidad en el pasado. Ahora se levanta ante circunstancias que no son una amenaza real.

Por eso dejar caer las estructuras es tal vértigo. Y al mismo tiempo, tal liberación.

Porque por un lado desapareces como cosntructo, pero por el otro apareces como lo que en verdad eres.

Sin embargo, adentrarse en esto requiere valentía, pues el miedo que es el ejército de esta fortaleza, se levanta en armas cada vez que te acercas. Y sólo se puede atravesar acogieéndolo.

Si batalleas te gana, porque luchar contra algo que no existe le da realidad.