No tengo prisa conmigo
Bert Hellinger decía: «el alma es lenta». Y seguía con: «y el ego rápido».
Y yo añado, que el alma no tiene prisa porque sabe a hacia donde se dirige. Mientras que la mente del personaje corre hacia un destino del que desconfía.
La prisa ha sido la forma más común de no quererme que he acostumbrado a tomar. Arrasar con mis tiempos por seguirle el ritmo a la marca externa.
En este camino que vengo haciendo de casamiento interno, no me cabe el seguirme exigiendo dar resultados corriendo. Prefiero correrme en un proceso vivido, que pasar por encima de mí para alcanzar lo inconsistente.
Si me amo, me daré tiempo. Ni mucho ni poco,
sino el mío.
No tengo ninguna prima conmigo. Tengo todo el tiempo del mundo para estar para mi. Con lo que venga, con lo que vaya.
Tomándome los frutos de una vida que se mueve al ritmo de mi esencia.
«Ama tu ritmo y rima tus acciones bajo su ley,así como tus versos. Eres un universo de universos y tu alma una fuente de canciones». Epicuro.