CONTACTO

No lo digas

No lo digas.

No lo digas porque está mal, no le gusta y le molesta.

No lo digas aunque sea la verdad.

Mejor hacer como si nada, como si no nos doliera taparnos para aguantarnos. Para poder vivir nuestro vínculo.

No. No lo hagas.

A no ser que estés dispuesta a decirlo y que la ficción, como un paisaje de construcciones, se desmorone. Y por primera vez en todo este tiempo, te atrevas a mirarte en él/ella sin evitar todo lo que os duele.

Entonces, si te atreves, dilo. Dilo todas las veces que hagan falta. Ponle una bomba de estado a ese «saber estar» y permite que al fin duela lo que en verdad duele y sane lo que tenga el potencial de sanar. Y no la artimaña para taparlo.

Permite que se vea que no sabéis estar. Y que quizás,solo quizás,no debáis estarlo.