
Narciso
Hay algo tremendamente narcisista en lo que yo hago aquí.
Estos días estuve planteándome mi forma de mostrarme en las redes. Me sobrevino un enorme juicio espiritual hablando de una especie de necesidad de compartir para vivir. Una adicción a hacer partícipes a la gente de lo que sucede en mi vida. Me vino un juicio al deseo de exponerme, de entregar mi intimidad,mi mundo,mis reflexiones y mis paisajes. Una voz que conozco bien decía:
“es ridículo que hagas ésto”, “a quien quieres engañar”, “que imagen quieres dar de ti”, “no te das cuenta de que ahora te identificas con la imagen de honesta”, bla,bla…
Estos pensamientos provocaron un gran dolor y neurosis. Los mandé un poco a la mierda pues mi proceso de duelo tomaba protagonismo. Pero si decidí retirarme un poco de aquí para dejar que mi sistema fuera el que procesara y diera las respuestas y no mi mente con sus moralidades.
Me doy cuenta de cómo demonizar al ego, a esa parte narcisa que busca el amor en que la reconozcan, es un intento de ser algo mejor que eso, por lo que es tremendamente narciso. Querer que me quieran por no ser nada, es igual que que me quieran por demostrar que valgo (aunque menos agradecido).
Veo lo importante que es contemplar los deseos más escentricos de mi ego, esa parte que busca el amor en que la reconozcan. Ese acto en el fondo, si lo miras bien, también es hermoso. El acto de búsqueda de amor más absurdo pero más tierno que existe.
Queriendo que la quieran demuestra que de alguna forma, aunque sea tope y despistada, valora el amor por encima de cualquier cosa. (Mi amigo Miguel Angel Corpas: Terapeuta Psicocorporal. Voz. sabe bien de esto). El problema es que no quiere reconocer que ese amor está en ella. Y ahí es donde nosotros hacemos falta, para autoritaria y tiernamente redireccionar nuestra energía hacía nuestro tesoro interno, devolviéndole el timón una y otra vez a nuestra alma. Sin olvidar que en la proa va un ego hermoso disfrutando del viento en su cara y alarmandonos también cada vez que le asustan las mareas altas. Él, se pone en el borde el barco con sus brazos abiertos a lo titanic, brillante para que lo vean. Y la imagen en su conpletud es preciosa. En la superficie la belleza externa tratando de cautivar a un mundo que ya le pertenece y al timón de este navío la grandeza de existir.
Así que mi sistema me ha devuelto el permiso para compartirme por aquí todo lo que me sirva sin temor. Pues es una forma de amar muchas partes de mi misma y por lo tanto vuestras. Me entrego a hacerlo, lo más honesta y verdaderamente que me sea posible expresar, como siempre.
Como diría mi amigo y maestro Miguel Angel Corpas , “os amo por vuestra belleza exterior”.