El patrón
El patrón es una forma de ahorrar energía.
Es fácil para el organismo tirar del patrón.
Digamos que el patrón es un programa para vagos.
La personalidad es vaga por naturaleza, pues es un mecanismo que existe para ser una constante y usa los patrones como método para que así sea.
Si la personalidad entrara a cuestionar sus patrones se expondría a cambiar y esto le aterra.
Por eso, la personalidad adora al patrón.
El patrón es su amo.
Y ella lo ama.
Es un espacio que le da confianza porque nunca falla ya que siempre da el mismo resultado. Y aunque éste sea una mierda, a ella no le importa porque le hace sentirse tal y como se conoce. Le da identidad. Esto no quiere decir que no sufra, quiere decir que se reconoce así aun con el sufrimiento.
Todo lo que ponga en duda a el patrón es una amenaza.
La personalidad no puede existir tal y como ahora es sin sus patrones. Por eso reacciona a la defensiva y con miedo cuándo ponen en duda sus creencias.
-Al fin y al cabo es su mundo.-
Tu mente que es ilimitada no necesita ni a la personalidad ni a los patrones para pensar ni para vivir. Sin embargo, ha sido colonizada por este virus de tal manera que todas sus señales a tu personalidad le parecen ridículas ideas terraplanistas.
Tú mente mientras tanto está en desuso.
Pero hay momentos en lo que consigue penetrar las barreras de la programación. Esos momentos en los que el suceso o la información es tan desconcertante para la personalidad que se queda en blanco y no hay patrones programados que puedan dar respuesta.
Son suceso que permiten ver el fallo en matrix. Duran a penas unos instantes ya que pronto serán desechados para poder volver a lo de siempre.
Sin embargo, esos instantes son de tal magnitud que no se olvidan.Todos estamos llenos de instantes de verdad desechados.
Esos instantes son los que te llaman una y otra vez a cambiar.El cúmulo de esos instantes atendidos son los que dan a luz a la conciencia.
Eso instantes son el margen que tienes de funcionamiento fuera del patrón.
Pueden llegar de cualquier manera: meditando, en un accidente, en sesiones terapéuticas, por una enfermedad, en una conversación… Pero siempre nos traen el mismo mensaje:
Hay otra forma mucho más plena y libre de vivir esto.
Una de las cosas que yo trabajo en mis Sesiones de Reestructuración es ayudar a generar situaciones que nos permitan acceder a esos instantes. Esos instantes nos dan un pequeño margen de tiempo desde el que tomar una decisión genuina que no tenga que ver con el patrón. Esa decisión es libre, es siempre nueva y es auténtica.
Foto: Leyre Lopez de la Paz