CONTACTO

No sería quien soy ahora, ni viviría la vida que ahora elijo vivir, si no fuera por todo lo que ha muerto.

Gracias eternas por ello.Cuanto le debemos a la muerte y que poco la apreciamos.

Gracias a tanta «pérdida» por ponerme en mi camino.

Gracias infinitas a cada trauma de la infancia, a cada dolor, a cada cosa recibida y a todo lo que nunca llegó. A todos los patrones «de mierda» que heredé para tener que traicionarlos. Y a todos los que me quedan.

No sería quien soy ahora. No tendría la maravilla de vida que ahora soy capaz de disfrutar. No sin todo lo que es, sin todo lo que ha sido dado y sin todo lo que ha muerto.

A veces cuesta darse cuenta de cómo «lo malo» o «la desgracia», tan solo está ahí para que vires la mirada hacia la dirección del alma. Cuesta ver cómo todo eso apoya tu camino.

Amar los procesos de muerte, permitir que se lleven lo que ya no sirve para que nazca lo que jamás llegaste a imaginar.

Nada te pone en la vida tanto como la muerte.