Se trata mucho más de todo lo que dejas fuera. A la hora de crear, tanto una obra de arte como tu camino, se trata mucho más de arriesgarse a dejar fuera que de tratar de meterlo todo adentro.
Se trata mucho más de todo lo que dejas sin contar para que se cuente algo. Algo con el poder de evocarlo todo.
Por eso da tanto miedo empezar. Ya sea un proyecto, una creación artística o tu porpio camaino. Porque se empieza descartando, dejando posibilidades fuera.
La búsqueda de perfección promete ser capaz de incluirlo todo, por eso jamás llega. La perfección no forma parte del mundo de las formas vivas. La perfección es la muerte.Y mientras la esperes, vivirás inerte.
Es dejando fuera como se abre el milagro de la materialización. Es el mismo proceso que el de tu nacimiento. Se descartó un universo entero para que tú existieras.
La paradoja es que esa peculiaridad que uno es, esa peculiaridad que representa también una obra de arte, tiene el poder de evocar con su limitación el universo entero.
La paradoja es también, que esa obra de arte que tú eres es un eterno proceso que jamás termina. Por eso es siempre cambiante. Y se expande más y más a través de lo que a cada instante se descarta.