Esta frase me vino a la cabeza hace unos meses, cuando repasaba mi año 2021. Hoy me vuelve a venir y no lo hace con orgullo, me viene con raíces.
Hay una voluntad férrea en mi de atravesar lo que haga falta. He pisado el infierno tantas veces que me construí una casa. Ya no hay escusas para no sentir hogar aún cuando lluevan balas.
Hay una voluntad férrea en mi de crecer que ha echado raíces en medio de tanto miedo. Y se ha plantado en lo que ahora llamo valentía.
Solo el valiente sabe del miedo, pues es él el que se lanza al vacío de su ignorancia sin esperar a que desaparezca. Lo conoce bien, le grita mientras salta.
Soy la persona más valiente que conozco, pues mi voluntad de vivir supera con creces el desafío que en ocasiones supone.
Hay una fuerza que me lleva a donde menos quiero ir. Me empuja, me contonea hasta el borde del precipicio una y otra vez. Ese precipicio que construyó mi personalidad como amenaza para que no la abndone. Me lleva hasta allí,invitándome a desafiar a todas mis normas.
Doy gracias a ésta fuerza, tan superior a mi que a veces tiemblo. Gracias por desplegar las alas de mi valentía con tu insistente amor por la vida.
Soy la persona más valiente que conozco, pues si soy honesta soy la única persona a la que tengo el poder de llegar a conocer.