CONTACTO

El centro de mi vida soy yo, y no existe forma más generosa de liberarme y liberar al mundo de las responsabilidades que no nos pertenecen.

Todo desplazamiento de este centro de gravedad de mi a una otra persona o cosa, pesa. Y me da igual que me digas que tú centro es tu hijo, tu pareja o tu trabajo. Si no lo eres eres tú, a aquello que te mantiene conectado a tierra, no le ayudas, le pesas.

Al igual que te pesan a ti las acciones que te vinculan a su centro para sentirte a salvo. Te pesa porque al desplazarte estás doblado, te inclinas para sentirte, en lugar de erguirte para ser tú.