CONTACTO

Cada vez que te echo de menos, cada vez que vuelve a mí ese dolor de lo perdido, he decidido acordarme de la abundancia de lo vivido. De la gracia que me fue dada por qué estuvieras en mi vida, de la alegría que me da pensar que lo hicimos, que lo vivimos, que nos lo dimos como supimos. Eso que ahora extraño. Y que decido recordar como algo que nos fue dado y que jamás perderemos. Qué fue un regalo que nos entregamos para crecer. Y honrro cada beso, cada caricia, cada risa y todo ese silencio que nos regalamos. Honro también que hayamos sido llave y puerta del dolor que escondía nuestro apasionado encuentro. Ese que nos llevó poco a poco a volver a nosotras. Ese que es riachuelo y a veces salvaje corriente por el que seguir navegando, aunque nuestras aguas tomaran diferentes cauces. Sabes amor, que vamos hacia el mismo mar.