CONTACTO

Llegue a la playa, fui en busca de mi cala favorita, deseando tenerla solo para mí y estar tranquila estando desnuda.

Al llegar veo a un hombre, también desnudo. Escucho a mi intuición y me dice que todo está bien. Decido quedarme. Al instante mi mente lógica me da millones de razones para irme. Decido hacer caso a mi intuición y me quedo. Mi mente sigue. Una tras otra. Imágenes de diferentes situaciones donde me acaban violando.

La convenzo de que esté tranquila acercándome un poco y saludando al hombre.Su manera de responder me confirma que con él no va a haber problema. Mi mente entonces: «al menos está bueno». Y yo 🥴. Y empieza con las fantasías de todo tipo. La dejo a su flow.

Al fin me relajo, me baño y me tomo mi papaya a gusto. Cuando de pronto llega otro hombre. Nada más entrar en la cala mi tripa me avisa. Se desnuda y se pone a unos metros de mi. Pienso «mierda,un mirón».

No te hacen nada pero su energía es densa, pesada, con su medio esconderse y su mirada todo el rato encima. Y de vez en cuando les pillas haciéndose una pajilla malamente. Como veo que está haciendo eso que hacen los mirones de que cada vez se acerca más, me muevo al otro lado de la cala para evitarle. Pero, no me relajo.

Ahora estoy lejos de la salida y con dos hombres desnudos en un espacio reducido. De pronto veo una avispa y pienso: «demasiado energía masculina, me voy a ir a la otra playa». Pero me quedo un poco más. Me giro y siento como un disparo en el gemelo. ¡La avispa!

Me quedo quieta y siento a fondo el dolor. Me abro plenamente a esa sensación. No hago nada más que poner ahí toda mi atención. En seguida se me pasa. Me meto al agua para ayudar a calmar la zona y cuándo salgo interpreto el lenguaje de este símbolo.

Avispa= marte, gemelo= géminis. Tengo toda mi energía masculina maquinando en la cabeza. También observo que algo invasivo y penetrante (aguijón) paraliza mi pierna izquierda (movimiento femenino).

Yo vine aquí para estar abierta, relajada, conectada con la sensualidad de mi cuerpo, con la naturaleza, con el placer… Así que solo veo dos opciones para responsabilizarme de mi deseo frustrado:

O me polarizo a tope en mi feminidad y me abro a todo lo que está pasando y a lo que pueda pasar (a todo).

O pongo a mi masculino en acción real y me llevo a otro sitio dónde el contexto me haga sentir más segura pudiendo vivir eso que quiero.

Decido lo segundo y me saco de ahí. Enseguida encuentro una playa larga donde a la mitad se ve a una pareja. Una pareja cuando eres mujer, vas sola y desnuda en medio de la nada es ideal. Me instalo allí.

A los 3 minutos veo como el mirón abandona la cala donde estaba yo. El otro hombre no se fue hasta pasadas unas dos horas. Mi intuición no fallaba.

Donde estoy ahora la sensación de amenaza es muy baja y ese marte en géminis no se desata. Así que la venus en tauro al fin puede jugar. Correr desnuda por la playa, revolcarse en la arena, dormir una siesta a la sombra acompaña por el sonido del mar, sentir el viento, mirar el horizonte y gozar de esa libertad.

Me gusta aprovechar estas situaciones para afinar mi intuición, para ver desde donde tomo las decisiones, cuando me escaqueo de mi verdad y ejercer la responsabilidad total.

Para mí estar desnuda en la naturaleza es un valor al que no quiero renunciar. Pero vivo en un mundo dónde todavía (y quizás siempre sea así) puede suponer un peligro físico. Por fortuna en mi país no tanto como en otros.

Para mí no se trata de pelearme con lo que amenaza. Se trata de tener el valor de darme eso que necesito de la mejor manera que pueda, asumiendo la circunstancia. Yo sabía que con el primer hombre no había peligro. Sin atender a razones. Lo sabía. Al igual que supe que el segundo estaba ahí para mirarme y que eso me resultaba amenazante. Claro que me molestó y me jodió tener que irme yo. Pero, también me dió la oportunidad de buscar un lugar mejor para mí.

Esto se aplica a muchas situaciones de la vida (pareja,familia, casa,trabajo…). A veces te tienes que ir tú, porque ahí no hay espacio para ser.

Cómo mujer salvaje, valoro la vida en libertad más que nada. Pero no voy a perder el tiempo peleándome con lo que pretende censurarla. Voy a poner mi saber interno al servicio de crear los contextos donde ejercerla.

Solo desde la responsabilidad se es libre.

Fin.