No me había dado cuenta de cuánto me estaba faltando a ésto.

De poner a disposición el propio cuerpo a voluntad,

presente

y por largo.

Como el cuerpo de una vaca recostada en un prado.

Tan ahí.

A veces mi intensidad pasa por encima de mi biología. Como si no fuera de carne,

como si la carne pesara.

Estoy en ese punto en el que solo quiero vincularme a través de la piel.

No hablemos.

Qué rollo…

Acariciarme con alguien con quién hacer amor.

Yo siempre he vivido eso orgánicamente con los animales. Es tan natural entre nosotras las criaturas del bosque… lo del placer por el placer de abrirte a desaparecer en el todo contigo.

Con los humanos es otro rollo… Demasiadas protecciones. Demasiado trauma sin asumir.

¿Y cómo se hace eso de follar sin amar? No sé.Se me hace bola.

Es como el fastfood: te lo comes, porque tienes ganas, pero sienta mal. Porque reconozcámoslo: sienta mal.

Pornó. Yo no puedo.

Ya no.

Siempre me he sentido rara al respecto del sexo. Debe ser que en el planeta del que yo vengo la experiencia es otra.Y la recuerdo.Si,si. Ese no tiempo. Esa verdad. Ese miedo que es temblor porque no hay donde esconderse.