Yo he venido a sacar lo íntimo a la luz. A dinamitar la privacidad, a reventar los secretos, a legitimar la experiencia y a «traicionar» la moralidad de mi sistema.

He venido a ponerle una bomba a lo prohibido y aventurarme con todo mi miedo a una vida en el bosque aunque sea sola. Aventurarme a abrazar la soledad en la que estamos todos. A aullarle a la Luna, sabiendo que dentro de toda esa limitación que presenta, es libre. He venido a bañar a esa luna en Sagitario. Correr desnuda, enseñar las tetas, tocarme el coño… No es una provocación. Es una verdad aumentada.

Y es incómodo,para mí también, pero es expansivo, ensancha y si lo hace en mi lo hace en todos. Reventar el corsé de lo sitémico por amor a la vida más allá de nuestras construcciones.

Salir al mundo no es fácil pero lo hicimos al nacer y ahora nos toca hacerlo porque estamos vivos. Nacer es pasar un umbral, es desgarrar la vagina de una madre, se nace sangrando, dilatando las formas, apretando los límites.

Esto nos pide la vida a cada instante.

Siendo lo que somos,

ensanchamos lo que fue.